viernes, 27 de julio de 2012

La misión


Las calles están frías, el suelo mojado por la lluvia de la tarde. Son las once de la noche y John el tabernero aligera el paso para poder llegar cuanto antes a su taberna.
Sabe que el dejar encargado a aquel joven camarero es un tanto peligroso para su negocio.
Entonces en cuanto ve la luz de la taberna salir por las ventanas y bajo la puerta de madera de roble,  una sonrisa ilumina su rostro.

Al entrar con rapidez descubre su rostro echando la capucha oscura  hacia atrás. Con mirada amable mira a su alrededor y ve a unos diez clientes comunes mirar hacia la entrada del lugar, intentando reconocer al visitante.
-          -  ¡Buenas John! ¿qué tal se está ahí fuera?- Ríe uno mientras lleva una jarra de hidromiel a su boca.
-          - ¡un tanto mojado!- Con rapidez se quita la capa y la deja a un lado, busca con nerviosismo a su camarero.

Sentado en una silla algo estropeada está el joven que con una gran sonrisa habla con una chica rubia. Es su sobrina.
-          - Tom.- Se acerca a él.- ¿Ha venido alguien?
-          - S-sí.- El chico se pone en pie y limpia sus manos con un trapo. No quiere que él se percate de que ha estado cogiendo algo de queso de la despensa.
-          - ¡Tío!- Ilieen le mira con unos enormes ojos verdes.- ¿Dónde estabas?
-          - Quédate aquí  y cuida de la taberna.- John sube las escaleras que hay junto a la barra, no atiende a las preguntas de su sobrina. Aquel asunto es mucho más importante que la atención de una niña.

Al subir comienza a caminar por el pasillo del primer piso. Mira al frente, ve que la puerta de la habitación de invitados está cerrada. Con rapidez coge aire y abre la puerta. Allí ve que la ventana está abierta y que un candil medio apagado ilumina la habitación. Se da cuenta de que la silla que está frente a la mesilla central está vacía.
-         - ¿Dónde estás…?- Con rapidez entra y mira a su alrededor. Con pesadez suspira y se apoya en la mesa, ha llegado tarde. Levemente mira hacia la silla y ve una nota sobre ella. Su rostro en ese mismo instante cambia completamente.- Una misión…- Y con gran agrado susurra.- así lo haré mi señor. 

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